En las zonas altas se pueden encontrar brezos, arándanos, gayubas
o la uva de zorra en algunos arroyos.
-Rebollares.
Entre los 1000 y los 1700 metros encontramos bosques de roble melojo
o robledales, también llamados melojares o rebollares, asociados a los suelos
silíceos de la sierra.
El roble melojo se caracteriza por mantener sus hojas secas en las
ramas desde septiembre hasta la primavera, adaptándose a las nevadas tardías y
protegiéndose de los herbívoros.
Los rebollares han sido explotados por el hombre para la obtención
de leñas y carbones. Algunos ejemplares se respetaron para obtener bellota y
madera para la construcción. Hoy algunos melojares se recuperan tras el
abandono de estas explotaciones y la disminución de la actividad agropecuaria.
Presentan una densidad, forma y tamaño en función del uso sometido
por el hombre, dehesas con robles de gran tamaño, matas y rodales densos con
pies pequeños y muy densos.
-Encinares.
Los encinares carpetanos rodean la sierra en su base. Las encinas
se mezclan con el enebro en la zona más baja llegando a los 1000 m de altitud.
Se trata de un bosque denso en cuyo sotobosque aparecen diversos
tipos de jarales y otras mata aromáticas como la mejorana o la lavanda.
Ocupando la misma altitud también aparecen los estepares,
matorrales bastante densos en los que domina la jara estepa en tonos verdes a
los largo de todo el año, excepto en época de floración que llama la atención
sus grandes flores blancas.
-Acebedas.
El acebo es una especie frecuente en la sierra entre los pinares
en el sotobosque y en los cursos de agua. Una de las mejores representaciones
queda en el Pinar de la
Acebeda en los Montes de Valsaín o el Acebal de Prádena.
-Otros bosques singulares.
Otros bosques en la sierra son los Abedulares que son pequeños
bosquetes situados en las zonas sombrías y cercanos a arroyos.
Una representación es el
abedular de Canencia o el de Navafría, los tejos centenarios del arroyo
Barondillo y los sabinares de sabina albar como el de Lozoya, todos ellos en el
Valle de Lozoya.
Fondos de
valle.
En los fondos de valle se encuentran los ecosistemas asociados a
las actividades agropecuarias y los ecosistemas asociados a los cauces de los
ríos.
-Prados de siega.
En la parte baja de los valles rodeando los pueblos encontramos
los pardos de siega, campos de cultivo o eras.
En los prados crece la hierba que sirve de alimento para el ganado
en época de pastos y provee de heno para la época invernal. En las lindes de
los prados de siega abundan arbustos como los endrinos, majuelo o viburnum que
hacen de frontera entre las propiedades.
-Dehesas.
En las vaguadas y zonas donde el suelo es profundo y la humedad
abundante aparecen las fresnedas o dehesas de fresnos.
El fresno es la especie dominante, aunque también pueden aparecer
el roble melojo y otros árboles caducifolios.
Tradicionalmente las fresnedas han sido clareadas para favorecer
los pastizales para el pastoreo del ganado y trasmocho, poda del fresno para
obtener el ramón (hoja de poda) para el ganado y leña. El trasmocho es una
técnica que consiste en cortar el árbol quedado un tronco grueso con ramas
finas o brotes.
En las fresnedas abundan los nidos de cigüeña blanca y distintos
tipos de arbustos como los majuelos, loas endrinos y los saúcos.
Las dehesas componen un ecosistema complejo resultado del sistema
pastoril sostenible dando lugar a los mejores pastizales de la sierra que
abastecen al ganado vacuno, alojando la existencia de una gran diversidad de
animales y plantas silvestres.
-Bosques de galería.
Los ríos y arroyos de la Sierra de Guadarrama,
Manzanares, Eresma, Guadarrama, Lozoya, son algunos de los ríos que nacen en
esta Sierra, aunque en ella muchos no alcancen el caudal suficiente que les
caracteriza como grandes ríos y que conseguirán varios kilómetros aguas abajo.
Las aguas que forman estos cursos son limpias, rápidas y bien oxigenadas que
son abastecidas por el agua de lluvia y el deshielo de las masas de nieve, que
fluctúan enormemente entre verano e invierno desde grandes torrenteras en
épocas de lluvias y deshielo hasta pequeños hilos de agua en épocas de estío.
En las zonas bajas forman los bosques de galería, vegetación de ribera en la que se pueden encontrar especies
como sauces, álamos, olmos o fresnos.
FAUNA
Alta
montaña.
En estos ecosistemas de alta montaña
habitan una serie de animales que se han adaptado a las condiciones
climatológicas adversas de estas altitudes. Habitan fundamentalmente insectos
alpinos, algunas aves y pequeños mamíferos de distribución limitada. En las épocas
invernales solo unos pocos habitan en este entorno, la gran mayoría descienden
a zonas más bajas o mueren al completar el ciclo anual.
-Mamíferos.
El topillo
nival pasa el invierno en las cumbres y acumula alimentos para la época más
dura del invierno que pasa bajo la nieve.
En los
pastizales se pueden divisar especies como los corzos, jabalíes, zorros, gatos
monteses o garduñas que acuden a estas zonas en busca de alimento, pastos para
los herbívoros y caza para los mustélidos.
-Invertebrados.
A estas alturas llaman la atención las mariposas que en primavera podemos
encontrar sobre las flores de los pastizales y piornales. La mariposa apolo y
niña de nácar que habitan sólo en zonas de montaña. También se pueden encontrar
otras especies de pinares y robledales que suben en altitud en las épocas
estivales.
También habitan otros insectos que solo viven en estos ambientes alpinos como
los escarabajos pipa que pueden verse en el verano en los pastizales.
-Reptiles y Anfibios.
En arroyos y charcas viven anfibios como la salamandra y el sapo común.
En los afloramientos rocosos y canchales se puede observar a la lagartija
serrana, un reptil endémico del Sistema Central que vive en las zonas altas de
la sierra. En pocas ocasiones se la verá junto a la lagartija roquera que también coloniza las
zonas supraforestales, aunque prefiere las zonas con matorral.
-Aves.
Destaca el pechiazul cuya área de distribución se restringe a la Sierra de Gredos, a la de
Guadarrama y Cordillera Cantábrica, y vive en piornales y enebrales. Otras
especies de aves de este ecosistema son el acentor común roquero rojo roquero
solitario, pardillo común la collalba gris, el escribano montesino, el mirlo
común, el zorzal charlo y la tarabilla norteña
En los pastizales de altura la
especie más común es la collalba gris y
en roquedos y canchales se instalan el colirrojo tizón y el roquero rojo.
Pinares.
-Mamíferos.
Los grandes
mamíferos que podemos encontrar en el pinar son el corzo y jabalí, zorro,
garduña, gato montés, ardilla roja o el murciélago de bosque.No abundan los
pequeños mamíferos, con pocos lugares con sotobosque donde poder ocultarse,
aunque se pueden observar topillos y ratones de campo.
-Invertebrados.
La vida en el
suelo del pinar es austera por lo que los insectos no son muy abundantes, no
son escasos, pero las especies son menos numerosas que en otros bosques. Las
hormigas rojas son las más fáciles de observar por sus grandes hormigueros
formados a los pies de los ejemplares de pinos.
La mariposa
isabelina que se mencionó en el ecosistema de cumbres es un lepidóptero
nocturno cuya oruga se alimenta de las acículas de los pinos. Junto a esta
también se encuentran la mariposa monja o la procesionaria del pino.
-Reptiles y Anfibios.
Los más
representativos son la rana patilarga, la ranita de San Antón el sapo partero
común. Y reptiles como el lagarto
verdinegro.
-Aves.
Los pinares
acogen a un notable conjunto de aves forestales. Entre las más comunes
observaremos el piquituerto y el pico
picapinos que se observarán
fundamentalmente en invierno que coincide con la maduración de los piñones de
los pinos. Otras especies comunes son el verderón serrano, carbonero
garrapinos, herrerillo capuchino, el trepador azul, reyezuelo sencillo, el
listado, pinzón vulgar.
Dos especies de
córvidos: arrendajo y rabilargo. En las zonas más alejadas de área de
influencia humana podemos encontrar aves rapaces como el águila imperial
ibérica, el águila calzada, el buitre negro, el azor, el gavilán y la cigüeña
negra. El buitre negro tiene colonias de cría en los Valles de Lozoya y
Valsaín.
Robledales .
-Mamíferos.
En ellos se
refugian jabalíes, corzos, gatos monteses o tejones, especies que son más
fáciles de observar cuando se acercan a praderas abiertas o arroyos. Y otros de
menor tamaño como el topillo, ratón de campo, erizo o la musaraña común.
-Insectos.
El suelo de los
robledales se encuentra lleno de hojarasca que conserva la humedad y mantiene
una temperatura estable, lo que junto a otros arbustos espinosos, zarzamoras,
endrinos o maíllos forman un lugar ideal para la vida de pequeños insectos,
lombrices, escarabajos, cochinillas, escolopendras o caracoles. Aunque quizás
el invertebrado más llamativo del robledal y relativamente frecuente sea el
ciervo volante, un gran escarabajo que puede llegar a medir 80 mm, constituyendo el
escarabajo más grande del continente europeo. En la sierra de Guadarrama existe
también una gran variedad de mariposas, viviendo conjuntamente algunas especies
de climas atlánticos y otras de climas muchos más cálidos y mediterráneos.
-Reptiles y Anfibios.
Anfibios como el
sapo común y el tritón jaspeado son
animales frecuentes en los robledales siempre en zonas húmedas cercanas a ríos
y arroyos. También habitan en el robledal reptiles tan sorprendentes como el
lución, lagarto sin patas que recuerda más a una serpiente que a un lagarto, o
el eslizón tridáctilo, y otros de mayor tamaño y muy llamativo como el lagarto
verdinegro. La víbora hocicuda es el único ofidio peligroso que vive en la Sierra de Guadarrama y
convive con otras culebras como la culebra de escalera y la culebra bastarda.
-Aves.
En los
rebollares se pueden observar la mayor parte de las aves mencionadas en el
pinar. Las aves más comunes que viven en los rebollares, bien sea en las ramas
de los grandes robles, en sus troncos o en los setos espinosos que encontramos
en la orla del bosque son las siguientes: petirrojos, mosquiteros, mirlos, chotacabras,
becada o chocha perdiz, currucas, chochín, zorzales, cuco, gavilán, alcaudones,
agateadores comunes, mitos, picogordo, arrendajos o aves rapaces nocturnas como
el cárabo.
Dehesas .
-Mamíferos.
Tanto en
encinares como en fresnedas viven mamíferos de pequeño tamaño como el Lirón
careto, la comadreja, la musaraña común, el erizo común, y distintas especies
de murciélagos como el murciélago común
y el murciélago ribereño y el Conejo) y la perdiz, que constituyen la
base de la alimentación de muchas rapaces.
-Reptiles y Anfibios
Anfibios como el
sapo común, sapo corredor, sapo de espuelas. O reptiles como la culebra de escalera
y la culebra bastarda.
-Aves.
En las dehesas
habitan pequeñas aves como la cogujada común, la cogujada montesina, el
ruiseñor común, el petirrojo, la curruca zarcera, el pito real, etc. Otras
especies de tamaño medio como grajillas, urracas, rabilargos, arrendajos y
estorninos. También podemos encontrar aves nocturnas como el cárabo común, el
mochuelo común o el autillo Las aves
rapaces diurnas como el azor, el alcotán, el milano real y el águila culebrera.
Ríos y riberas.
En las zonas altas del cauce de los ríos y arroyos
podemos encontrar truchas y larvas de insectos, que sirven de alimento a
numerosas aves. y anfibios como el sapo partero ibérico o la rana patilarga
(Rana ibérica) y la salamandra. En zonas de mayor caudal con cursos de aguas
más tranquilas, limpias y bien oxigenadas se encuentra la trucha común,
ampliamente distribuida por los cauces de la sierra, así como la rana común, el
tritón ibérico y reptiles como la culebra viperina y el galápago leproso.
En los sotos y
bosques de galería, por su estructura y condiciones ambientales, alberga una
variada fauna a orillas ríos y arroyos, todas ellas adaptadas a las
fluctuaciones hídricas propias de los cauces fluviales de estas zonas altas de
sierra.
En ellos viven
mamíferos como la nutria europea, la rata de agua, el turón, el cada vez más
numeroso visón americano y varias especies de murciélagos con el ribereño
común.
Entre las aves,
las más fluviales son el mirlo acuático y la lavandera cascadeña.
Trabajo realizado por Adrián